Cuando las decisiones implican cambiar o seguir a la manada. Una enseñanza que muestra la importancia de la innovación, la autenticidad y la audacia en la estrategia empresarial.
Hace 150 años, París era la capital artística del mundo. Un grupo de pintores solía reunirse todas las tardes en un café y luego pintaban hasta altas horas de la noche. Entre ellos se encontraban Édouard Manet, Edgar Degas, Paul Cézanne, Claude Monet, Renoir, entre otros.
Todos los años, cada pintor de Francia presentaba dos o tres de sus mejores obras en la Exposición de la Casa Imperial para someterse al escrutinio de un jurado de expertos. A lo largo de las semanas, el jurado votaba cada una de esas obras. A las eliminadas, se les ponía un sello con la “R” de “Rechazada”. Las obras aceptadas se colgaban en las paredes del Palacio y durante un mes eran expuestas frente a más de un millón de personas que visitaban la exposición, pero pocas de ellas realmente apreciaban o sabían de arte.
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Los impresionistas tenían una concepción diametralmente opuesta del arte. Pintaban la vida cotidiana. Sus pinceladas quedaban a la vista. Sus figuras eran borrosas. Para el jurado y los visitantes, sus obras parecían de aficionados.
Tarde tras tarde, este grupo de pintores discutían sobre si debían presentarse en esta prestigiosa exposición, o emprender algo por su cuenta. Se plantearon la siguiente pregunta: ¿queremos ser un pececito en el gran estanque de la Exposición o un gran pez en un pequeño estanque de lo que ellos eligieran?
Al final, los impresionistas tomaron la decisión acertada. En parte por eso hoy sus cuadros cuelgan en las paredes de todos los museos principales del mundo: crearon sus propias exposiciones de impresionistas.
Una conclusión que se puede extraer de este relato es la importancia de la innovación, la autenticidad y la audacia en la estrategia empresarial.
La importancia de una visión empresarial diferente
Los impresionistas, al desafiar las normas establecidas por la Exposición de la Casa Imperial y optar por crear sus propias exposiciones, demostraron una visión empresarial diferente y una disposición para tomar riesgos. En lugar de conformarse con el status quo y seguir el camino tradicional, decidieron forjar su propio camino y buscar nuevas oportunidades para exponer su arte de manera que reflejara sus valores y estilos únicos. Esta decisión no solo les permitió destacarse en un mercado saturado, sino que también les otorgó un control más directo sobre cómo sus obras eran presentadas y percibidas por el público.
En el mundo empresarial actual, esta lección resalta la importancia de desafiar las convenciones, buscar formas innovadoras de diferenciarse y tener la valentía de seguir un camino menos transitado en busca del éxito.
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