La hora del Liderazgo de los caminos Nuevos
Necesitamos mapas nuevos para esta realidad.
Volver a ver la película “Dinosaurios” de Disney me conmovió. En ella se ven reflejadas distintas situaciones tales como, el desorden que estimula lo imprevisto, la falta de iniciativa, la energía mal aplicada, la lucha de poder, la resistencia al cambio y los distintos estilos de liderazgo o “no liderazgo” que pueden surgir en el medio de una crisis.
Cuando una devastadora lluvia de meteoros provoca el caos y la sequía, los animales sobrevivientes tratan de organizarse y emigrar a los “Nidales”, un lugar seguro y provisto de lo esencial para la supervivencia. La gran manada es conducida por Kron, un dinosaurio autoritario y obcecado en llegar a destino por el camino de siempre y sin importarle las consecuencias. Los conduce por las sendas que siempre han ido. Aunque en su marcha observan que los paisajes habituales se han transformado, y los lagos donde solían abrevar ya no existen. Kron y sus secuaces obligan a los conducidos a seguir como si nada hubiera ocurrido. Los débiles se van cansando y los distraídos se quedan atrás. Sin embargo, lo importante para el jefe es llegar a toda costa, principalmente, los más fuertes.
En el medio de esta locura, surge un personaje que se va a ir transformando y convirtiendo en un líder natural: Aladar. Él va tomando conciencia de que la realidad se ha transformado, que lo que fue en el pasado ya no existe, que deben tomar por otro camino y lo importante no es que sólo se salven algunos, sino que la mayoría pueda llegar a destino. En su andar va aprendiendo de su propia experiencia y de la enseñanza que les brindan los demás, jóvenes y viejos. Logra desafiar sus propias flaquezas, su status quo y su zona de propio confort. No se desanima y sigue en su lucha hasta que logra motivar a los demás, nuclear a la manada en un trabajo en equipo y alcanzar la tan ansiada meta por un camino diferente.
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Hoy estamos atravesando una crisis al estilo de esta fábula. El mundo y las empresas se encuentran en el medio de una nueva realidad, sin un rumbo claro y sin liderazgos definidos que sirvan para el momento actual. Tenemos mapas viejos para territorios nuevos. Para poder preparar jóvenes líderes debemos prepararnos nosotros mismos en líderes capaces de lograr cumplir con nuestra misión, adaptarnos a los cambios y, mediante el ejemplo, transformar a los jóvenes en dirigentes sanos y comprometidos en su actuar.
Por Fernando Piñeiro
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