¿Cómo ser un líder humilde?
Las actitudes ideales para nuestro tiempo.
La humildad es una virtud que acepta las propias habilidades sin vanagloriarse, como si vinieran de él. El líder humilde piensa en los demás, aunque trabaja duro.
Aquí les presento algunas actitudes de los líderes humildes:
1) Aceptar los errores y reconocer el trabajo de los demás. Eso no significa estar de acuerdo con todo. Los errores hay que corregirlos: no se pueden pasar por alto.
2) Hablar con respeto y consideración. Dar consejos y mantener el rendimiento y el análisis. Eso hace mejorar a la gente.
3) Ser flexible y abierto a cambiar. Esto significa que el líder acepta que las personas tomen decisiones y que él no las sabe todas. A veces es importante que el líder reconozca sus errores y su responsabilidad en público. Comprende que las mejores ideas no siempre son las suyas. Eso habla de su grandeza. Cambiar actitudes hace nacer cambios en el equipo que fortalecen a la empresa.
4) Es genial cuando el líder reconoce que el éxito obtenido es fruto del esfuerzo de todos. El humilde asume que hay empleados que son muy inteligentes y capaces, y que debe hacer lo posible para formarlos bien.
5) El líder humilde fomenta el aprendizaje, aunque deba repetir cien veces lo mismo. Valora, entonces, las reacciones buenas de los demás, y juzga que su paciencia le da resultado. Así esta clase de líderes crean una cultura en la empresa, y se diferencian mucho de los “jefes”. El líder humilde predica con el ejemplo y si es necesario mete los pies en el barro. Eso conecta a todos y abre la confianza.
Por Osvaldo Santagada
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