¿Cómo medir de manera correcta?
Las claves para lograr impulsores de resultados.
Medir el desempeño organizacional en forma adecuada se ha transformado en un pilar fundamental para la supervivencia y crecimiento de cualquier empresa. Sin embargo, vemos que en la mayoría de los compañías sigue siendo un problema.
A continuación brindamos algunas claves para decidir qué medir y realizarlo de la manera correcta:
Poner énfasis en los procesos del negocio, es decir la secuencia de actividades que crean valor para el cliente. Los procesos transcienden las funciones, y son los mecanismos por los cuales se integran las distintas actividades para obtener resultados. Al concentrar el sistema de medición en los procesos, y no en las funciones, la empresa puede alinear unidades diferentes, a fin de que tengan un foco común. Así, en lugar de optimizar su propio indicador, todas las áreas trabajarán juntas para mejorar el desempeño de los procesos en los cuales intervienen.
Determinar los impulsores de resultados en término de esos procesos. Seleccionar aquellos indicadores que muestran la tracción para obtener el objetivo deseado. Por ejemplo, en una tienda comercial son impulsores de resultados la efectividad de la publicidad y la calidad de los productos.
Precisión y exactitud de los indicadores: un indicador debe ser definido con cuidado y claridad, de manera que no haya dudas ni discusiones sobre él. La definición de un indicador debe incluir también la variedad y escala de la medición.
Contar con un objetivo claro. Si lo que se pretende es que los indicadores impulsen mejoras en el rendimiento, el punto de partida es que cada uno de ellos tenga un “nivel” objetivo de desempeño.
Usar los indicadores de manera sistemática. Para ello, es aconsejable asignar responsables cuya tarea sea la de garantizar que se cuente con la información actualizada, se comparen a intervalos regulares el valor real obtenido con el nivel objetivo establecido, y se analicen y tomen las acciones correspondientes si algún resultado no es el esperado.
La medición se transforma en el antídoto contra la ambigüedad, obliga a imponer claridad y fuerza a tomar decisiones. Lo que se mide debe comunicar las prioridades, y siempre debe estar alineado a la estrategia.
Por Fernando Piñeiro
Nuestros profesionales tienen amplia experiencia en la transformación organizacional y la mejora de procesos.
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