de hombre orquesta a director.
las claves de un liderazgo participativo
La naturaleza nos enseña la importancia de dar y recibir; si uno da también recibe. Las lagunas les entregan agua a los ríos, los ríos al mar, el mar a las nubes, y finalmente, el agua regresa a las lagunas en forma de lluvia. En este sistema el recurso que se entrega y se moviliza es el agua; en el liderazgo lo que se entrega y moviliza es el servicio.
El liderazgo moderno ha evolucionado hacia un liderazgo participativo en el que el enfoque principal está en cumplir una misión, dejar una marca distintiva y motivar y entusiasmar a los seguidores. El líder deja de ser el centro, aleja su ego y piensa en las necesidades de crecimiento y desarrollo de su gente y la ayuda a lograr sus objetivos. Este liderazgo obtiene el poder del respeto, la gratitud y admiración de los seguidores, lo que genera un verdadero compromiso a largo plazo.
Un verdadero líder debe ser como un director de orquesta excelente, donde exige a cualquier músico que toque un instrumento mejor que él. No debería conformarse nunca con una sola solución a los problemas. Se deben exigir más alternativas. Si logra hacer esto se asombrará de las capacidades que hoy desconoce de sus colaboradores. Si se persiste, se irá creando una cultura a su alrededor, porque a medida que sus colaboradores vayan confiando más en él y en sí mismos, percibirá cómo resuelven sus problemas tomando sus propias decisiones y haciéndolo partícipe, sólo de los resultados. De un Hombre-Orquesta usted se habrá convertido en un Director de prestigio.
Por Fernando Piñeiro
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