¿sirve ser un buen jefe?
el impacto en la felicidad y la productividad.
Se sabe que los empleados más felices son más productivos, más comprometidos y más leales. Generan una mayor lealtad de los clientes y es menos probable que se vayan.
Tera Allas, directora de la consultora McKinsey’s, en su artículo “The boss effect” sugiere que los jefes tienen un alto impacto sobre el grado de satisfacción laboral de sus colaboradores, en mayor medida que el salario, o lo interesante o importante que pueda ser la tarea.
Los jefes tienen una enorme influencia en el bienestar de los trabajadores a través de sus relaciones. Y resulta que la satisfacción laboral de las personas tiene una enorme influencia en su satisfacción general con la vida. Cosas como la salud y la salud mental son obviamente importantes para que alguien sea feliz en su vida. Después de eso, lo segundo más importante es si son felices en su trabajo. Y allí, el factor más importante es su relación con su jefe.
¿Qué se puede hacer para ser mejor jefa/e?
Los jefes realmente buenos escuchan y cambian la forma en que se comportan, permitiendo una forma de trabajo mucho más independiente.
Lo primero es preocuparse, preocuparse por sus empleados, preguntarles cómo están y realmente querer saber lo que dicen. Luego, interactuar con ellos en ese nivel. Y si se sienten mal, intentar entender por qué. Ser imparcial y empático para comprender lo que está pasando con esa persona y cómo podría ayudarlo o cómo, juntos, podrían resolver ese problema.
Eso es muy importante para generar confianza y desarrollar este concepto de seguridad psicológica, donde las personas se sienten seguras para ser innovadoras, para plantear problemas cuando el negocio no va bien, para proponer nuevas ideas, para estar preparadas para el cambio.
Otro acción importante es agradecer a la gente por todo, todo el tiempo. Incluso si es algo bastante pequeño lo que hicieron, merecen un agradecimiento por ello, incluso si es algo que forma parte de su trabajo. Hay muchas investigaciones que sugieren que celebrar los pasos realmente pequeños es fundamental para que las personas alcancen grandes objetivos.
Para hacer estas cosas bien, para hacerlas con el corazón y no solo con la cabeza, se requiere que el líder también tenga algo de conocimiento de sí mismo y reconocer la importancia de esta conexión emocional con los trabajadores.
Por Fernando Piñeiro
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